La agricultura es cultura.

Un transgénico (Organismo Modificado Genéticamente, OMG) es un organismo vivo que ha sido creado artificialmente manipulando sus genes. Las técnicas de ingeniería genética consisten en aislar segmentos del ADN (el material genético) de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal, animal e incluso humano) para introducirlos en el material hereditario de otro. Por ejemplo, el maíz transgénico que se cultiva en España lleva genes de bacteria que le permiten producir una sustancia insecticida. (Greenpeace España).

El 2010 es el Año Internacional de la Biodiversidad según Naciones Unidas. Se supone que es un año donde celebramos la vida en la tierra y el valor de la biodiversidad para nuestras vidas. Todo bonito desde NNUU, tan acostumbrados a pintar sus "años internacionales" de rosa.

Ahora. Está comprobado que los transgénicos agotan la biodiversidad además de amenazar nuestra salud, sin embargo nadie parece estar interesado en detener la industria de los transgénicos. Apenas ayer Monsanto Company, proveedor de semillas trans para la agricultura española desde 1969 -y una de las multinacionales más poderosas del mundo-, subió un 4,67% en la Bolsa y no parece que la tendencia vaya a cambiar.

Desde Amigos de la Tierra se hizo una denuncia pública por el trato favorecedor que la Administración española da a la industria de los transgénicos en su totalidad. Así, España se ha convertido en el único país de la Unión Europea que permite el cultivo de transgénicos a gran escala.

Afortunadamente no parece que la Unión Europea tenga intenciones de relajar la política comunitaria sobre transgénicos aunque la propuesta de la Comisión Europea, con John Dalli a la cabeza, sea favorable a la industria.

Qué hacer. Cobrar consciencia de lo que nos echamos a la boca y apoyar la agricultura biológica (o ecológica). Respetar el medio ambiente. Fomentar una vuelta a lo local, a los pequeños productores, a los pueblos y a los huertos.

Dato: España es uno de los mayores productores del maíz transgénico MON810, prohibido en varios países europeos (como Alemania y Francia) al haber evidencia de que puede contaminar genéticamente a otras plantas y producir efectos tóxicos en algunas especies de insectos.